Esta lista es solo algunos ejemplos de los síntomas posibles que en estas circunstancias, podemos percibir. No aparecen, en ningún, caso todos los síntomas posibles.

- Síntomas emocionales
- Nerviosismo, tensión, inquietud.
- Preocupación, incertidumbre.
- Ansiedad, miedo, angustia.
- Tristeza, melancolía, ‘bajones’.
- Enfado, rabia, ira, frustración, irritabilidad.
- Síntomas cognitivos
- Ideas, pensamiento recurrente sobre la posibilidad de enfermar y los posibles síntomas de la epidemia.
- Recuerdos de situaciones peligrosas o dolorosas vividas: Abusos, accidentes, enfermedades graves, muertes de personas allegadas, etc.
- Funciones cerebrales básicas
- Dificultad de mantener la atención de forma sostenida en el tiempo.
- Fallos de memoria de diversos tipos.
- Síntomas psicomotrices
- Dificultad de realizar tareas cotidianas básicas, torpeza al hacerlas o pequeños accidentes.
- Estado de alerta importante: Cualquier sonido genera sobresalto.
- Síntomas corporales:
- Sudoración
- Ritmo cardíaco acelerado
- Percepción de los latidos de forma poco habitual
- Respiración corta y rápida.
- Temblores, espasmos, etc.
- Dolores de estómago.
- Dolores de cuello, espalda, cabeza.
- Agotamiento.
- Alteraciones del sueño
- Dificultad para conciliar el sueño
- Dificultad para mantener el sueño
- Múltiples despertares.
- Despertar temprano sin posibilidad de conciliar el sueño nuevamente.
- Despertar con sensación de poco descanso (aun cumpliendo las horas necesarias)
- Pesadillas.
- Agitación corporal al dormir.
- Alteraciones alimentarias
- Cambios en las apetencias sobre determinados alimentos
- Incremento de la ingesta de alcohol.
- Incremento en la ingesta de comida.
Por eso es importante que puedas seguir estas recomendaciones para hacer más llevadera la cuarentena.
Utilizar recursos como ejercicios de relajación y meditación también te ayudarán a llevarlo mejor. Aquí tienes algunos, pero en la red hay muchos cientos. Elige el que más te resultes.